miércoles, 20 de mayo de 2009

ALGUNAS REFLEXIONES POR LA INFLUENZA PORCINA

Después de todo lo que esta pasando en nuestro país y en el mundo, con esta influenza tan horrorosa que nos llegó a cambiar nuestras vidas de una u otra forma, es buen momento para pensar en lo que estamos haciendo con nuestro planeta. Nadie sabe exactamente que es lo que causa estas enfermedades nuevas, pero podría influir todo lo que estamos haciendo a nuestra Madre Naturaleza. Antibióticos y hormonas para los animales, pesticidas y fertilizantes a las plantas, contaminación del aire y del suelo, aguas tóxicas… Más bien es un milagro que no pasen mas cosas en el mundo, que no haya más enfermedades nuevas y extrañas. Los virus se vuelven inmunes a los antibióticos y a las vacunas, ¿y a que se debe eso? Podría ser efecto de todos los antibióticos que usamos hoy en día para todo, no nada más para nosotros cuando nos enfermamos sino también hay en mucha de la comida que consumimos.

 

Nosotros los seres humanos nos estamos intoxicando directa e indirectamente, por la contaminación y por la comida, porque ni siquiera sabemos que estamos comiendo. ¡Pero eso si!, todo lo que es limpieza tiene que ser con anti-bacteriales; el jabón de tocador, el detergente de trastes, lo que usamos para trapear, toallitas húmedas – la lista podría ser eterna. ¿De que nos sirve una casa estéril si todo el tiempo nos estamos llenando de hormonas, antibióticos, colorantes, saborizantes y más? ¿Alguna vez han intentado leer las etiquetas de la comida que compran, los ingredientes? ¿Quién los entiende? A lo mejor los fabricantes, pero nosotros  los consumidores, seguramente no. Por ejemplo “…y otras grasas”, ¿eso que significa? ¿Y quien cree que todos los productos de fruta como mermeladas, paletas, dulces, bebidas, gelatinas etc. tienen que ser fosforescentes?

 

¿Podemos hacer algo? Claro que sí. Lo que les he dicho muchas veces es que tenemos que ser consumidores conscientes. Ver que alternativas hay y comprar lo que es mejor para nosotros, y para el medioambiente, que viene siendo lo mismo. Podemos usar ingredientes naturales para la limpieza; bicarbonato y limón por ejemplo y productos biodegradables que no son tóxicos ni para nosotros ni para el planeta. Otra cosa que podemos hacer es  escoger comida orgánica para estar seguros de que no contengan nada de hormonas, pesticidas o antibióticos. La comida debe de ser comida, no una mezcla de formulas químicas. Si no encuentran alternativas orgánicas en el súper, pueden leer las etiquetas para ver que contienen. Si no entienden lo que dice la etiqueta, mejor busquen otra opción. Algo que me asusta es ver que en casi todos los supermercados venden pollo con y sin hormonas. ¿Quién quiere pollo CON hormonas? Para mí es obvio cual escoger y debe de serlo para ustedes también. Es cuestión de fijarnos en lo que compramos nada más. Si nadie compra el pollo con hormonas, ¡ya no lo van a vender!

 

Dejemos que este susto nos sirva como llamada de nuestra Madre Tierra. No podemos seguir viviendo como si no nos importara nada. No somos invencibles, el calentamiento global no es algo que afecta nada mas a los chinos o a los europeos, nos afecta a todos y todos somos parte de la solución. Si siguen escépticos y creen que podemos seguir viviendo de la misma forma y que el calentamiento global es un truco para vender nuevos productos, también a lo mejor pensarán que la influenza porcina es un invento de los farmacéuticos para vender antigripales y tapa-bocas. Para los demás, vamos a encontrar algo bueno de esta situación y ver que podemos cambiar en nuestras vidas.  Hagamos un examen de conciencia ecológica. ¿Estoy haciendo todo lo que puedo? ¿Estoy cuidándome a mí, a mis seres queridos, y al medioambiente? ¿Qué puedo dejar de consumir? ¿Qué hábitos puedo cambiar? ¿Qué cambios funcionan para mí? ¡ES HORA DE HACER ALGO! 

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