viernes, 5 de marzo de 2010

¡Vamos a sembrar!

Aunque sigue el frío, ya es buena hora empezar una huerta casera, si todavía no lo han hecho. No estoy hablando de huertas enormes de muchos metros, aunque eso es increíble si tienen el interés y el tiempo para cuidarlo, estoy hablando de algo más chiquito, hasta en masetas si lo quieren hacer de una forma sencilla. Es algo tan bonito que hacer con sus hijos, lo pueden ver como un experimento, como una actividad familiar y por supuesto como una oportunidad de comer verdura realmente fresca y limpia. Yo este año voy a usar masetas, pero eso es al gusto de cada quien. Si lo hacemos en casa sabemos exactamente con que agua se riega, que productos y que tierra se usa, y podemos saber que no estamos consumiendo pesticidas y fertilizantes dañinos para nosotros y para el medioambiente. No hay cosa tan gratificante como cosechar una zanahoria o unas hierbas de olor que hemos cuidado desde semilla y visto crecer. Ningún jitomate sabe tan rico como el que cosechas directamente de la planta de tu jardín. Ninguna enseñanza es tan rica como la que hacemos de esa forma con nuestros hijos donde pueden ver todo el proceso desde la semilla y el cuidado que requiere hasta verlo en su plato. Si queremos enseñar responsabilidad, cuidado y respeto a nuestro planeta, esto es una muy buena forma de hacerlo porque además se van a pasar unos ratos muy bonitos con sus hijos. Así les dan la oportunidad de aprender y ver de dónde viene la comida que sirven en sus platos, cosa que para ti y para mí a lo mejor es más que obvio, pero para otras personas es todo un misterio.

Ya siguiéndolo un paso más podemos pensar en una huerta orgánica. La jardinería orgánica significa diferentes cosas para diferentes personas pero todos estamos de acuerdo de que hay que evitar pesticidas y fertilizantes sintéticos. Eso es el requerimiento mínimo, pero hay que considerar muchas cosas más. Por ejemplo el uso (o mal uso) del agua en nuestra huerta. ¿En qué clima vivimos? ¿Qué se da de forma natural en la zona? Tener una hortaliza orgánica suele ser mucho más que sembrar unas semillas orgánicas y cuidarlas sin agregar sintéticos, es toda una filosofía, un estilo de vida donde se sincroniza con la misma naturaleza, respetando tierra, agua, y aire, los elementos que si no los cuidamos afectan la vida de plantas y animales y por supuesto la vida de nosotros los seres humanos también. Una persona fiel a la filosofía orgánica se compromete a trabajar con un sistema sustentable que vive en harmonía con su entorno y busca mejorar la salud y riqueza de la tierra de forma natural, buscan una diversidad de plantas y animales en el paisaje.

Si decidimos hacer una huerta orgánica, a lo mejor debemos pensar en tener una composta también en casa. Aprovechamos los desechos de verdura y fruta, y de nuestro jardín para crear una tierra muy rica para nuestra huerta. Esa tierra que sacamos de nuestra composta es muy fértil y nos ayuda tener plantas fuertes y resistentes contra plagas, también porque es tan fértil eso hace que crezca mejor nuestra hortaliza. La composta se puede usar en vez de fertilizantes y pesticidas o por lo menos como un complemento muy bueno. La mejor forma de lograr una huerta orgánica es informándonos cómo hacerlo antes de empezar. Hay buenos tips para saber que plantas “trabajan” bien juntas para combatir plagas de diferentes tipos. Debemos saber cuánta agua requiere cada verdura o flor para plantar juntos los que tienen las mismas necesidades de agua, y de sol y sombra, etc. Podemos tapar la huerta con una gaza especial para evitar ciertas plagas.

Hay gente que prefiere experimentar y aprender haciendo, y otros que siempre estudian todo antes de empezar para estar más preparados y saber lo que les espera. No importa como lo quieran hacer, lo importante es hacerlo y disfrutarlo. No se pierdan de esta experiencia, inténtenlo por lo menos una vez, y van a ver que no va a ser la última.

No hay comentarios: